Alrededor de un centenar de personas se concentraron este martes a mediodía convocados por una veintena de organizaciones frente a la embajada de Italia en Madrid para protestar por "la persecución sistemática" que, a su juicio, "está dirigiendo el gobierno de Silvio Berlusconi" contra la población gitana.
Tras una pancarta en la que podía leerse el lema 'No al terrorismo racista. Por la diversidad y convivencia con el pueblo gitano', los manifestantes corearon gritos como "Europa, sí; racismo, no" o "los gitanos rumanos son nuestros hermanos".
El trabajador de la Fundación Secretariado Gitano, José Eugenio Serrano y el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, fueron los encargados de leer el manifiesto de repulsa contra las políticas del gobierno italiano para resolver la denominada "emergencia gitana" y dar su apoyo a las familias de Ponticelli (Nápoles), víctimas de la violencia racista.
"¿Qué delito cometen las familias gitanas que viven estoicamente entre cartones, maderas, ratas y basura como lo están haciendo estos gitanos en Nápoles?", se preguntó Serrano, para quien "criminal es aquel que incendia hogares, criminal es el racista, el xenófobo" y no la población gitana que vive en Italia.
Tras la lectura, varios representantes de las organizaciones firmantes del manifiesto entraron en la embajada italiana para entregar el texto y un listado con las principales directivas de la UE que protegen a los inmigrantes y que, en su opinión, el gobierno italiano ha vulnerado.
"Creemos que las últimas políticas que está dirigiendo el gobierno de Berlusconi, sobre todo con en lo que se refiere al censo de la población gitana, son completamente ilegales", explicó el portavoz del Movimiento Asociativo Gitano Madrileño, Mariano González.
Según indicaron a su salida, una funcionaria de la embajada italiana recogió los documentos y aseguró a los representantes de las organizaciones que "comunicaría a Roma sus inquietudes". Por su parte, González aseguró que este "primer acto de repulsa" sólo es una "primera acción" y los actos continuarán mientras el gobierno de Berlusconi no cambie sus políticas.
